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En ningún momento habló con la paciente sino con el familiar como si la otra persona no existiera. No se interesó por ningún estudio previo sacando conclusiones erróneas sobre la gravedad del déficit motor y cognitivo. Utilizó el término "irreversible" y no propuso terapias hasta que yo, familiar y médica, insistí en varias posibilidades. Mi hermana, cuyo déficit cognitivo es mínimo, salió llorando. No hubo respeto, empatía, humanidad ni profesionalismo alguno en su conducta. Y estamos hablando del que es, supuestamente, el mejor instituto de rehabilitación en la Plata